El biochar, en forma de pellets de madera torrefactada, es la alternativa de menor costo para aprovechar las inversiones hundidas en las centrales eléctricas existentes de carbón o plantas de calefacción de distrito, al tiempo que se reducen las emisiones de GEI en un 90%.
Sequestración de carbono
en biochar
El carbono en biochar puede almacenarse en el suelo durante mucho tiempo, lo que ayuda a ralentizar el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera y tiene un cierto efecto mitigador sobre el cambio climático.
La producción de biochar permite la generación de créditos de secuestro de carbono de alta calidad, debido a la longevidad del almacenamiento de carbono que se mide en varios cientos de años.
Acero y metal verde
Producción
La industria metalúrgica representa casi el 10% de las emisiones de GEI globales. La producción de acero, silicio y varios otros metales implica procesos intensivos en energía que también requieren carbono como agente reductor para eliminar el oxígeno del mineral. Hoy en día, la forma más común de carbono utilizada por la industria es el carbono fósil procedente de carbón y coque.
Cuando se utiliza como enmienda, el biochar mejora la fertilidad del suelo y promueve el crecimiento de las plantas, al tiempo que reduce la necesidad de fertilizantes químicos y riego. También mejora el rendimiento de los cultivos al aumentar la aireación y drenaje del suelo, la actividad de los microorganismos y la retención de nutrientes.