Muchos creen que el biocarbón simplemente mueve el carbono de un depósito a corto plazo (la biosfera) a otro (el suelo). Pero esto pasa por alto un aspecto clave del ciclo del carbono: El biocarbón transforma el carbono de vida corta en una forma estable a largo plazo a través de la pirólisis, evitando efectivamente su rápida reemisión a la atmósfera.

Los estudios muestran que el biocarbón producido a altas temperaturas (550–600°C) puede bloquear el carbono durante cientos a miles de años, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorando la salud del suelo y la productividad agrícola.

Esto significa que el biocarbón desempeña un papel crítico en la captura de carbono y la sostenibilidad agrícola.